Acuamed renegocia un crédito con Bruselas mientras Ribera ‘regala’ el agua desalada a los regantes
Acuamed, empresa pública que gestiona las desaladoras que impulsó José Luis Rodríguez Zapatero, dependiente de la ministra Teresa Ribera, se ha visto obligada a renegociar un crédito del Banco Europeo de Inversiones (BEI) de 500 millones por la falta de ingresos y no alcanzar el ratio ebitda sobre deuda contenida en el contrato -3,55 veces-. El organismo europeo ha relajado las condiciones del préstamo que le concedió en 2012 para la ejecución de las obras públicas de agua, principalmente el programa de desaladoras que debería sustituir al trasvase del Ebro del PP.
El BEI y Acuamed han pactado eliminar la condición del ratio ebitda sobre deuda y ahora el nuevo criterio es la liquidez de la empresa sobre deuda -3 veces-, que en 2021 sí cumplía. A cambio, la deuda con el BEI pasa a ser a corto plazo en lugar de a largo plazo, que a cierre de 2021 asciende a 390 millones de euros. Acuamed debe pagar este año casi 25 millones de principal más los intereses.
La renegociación de este crédito es una prueba más de la difícil situación económica en la que se encuentra esta empresa pública. Las pérdidas en 2021 ascendieron a 32,8 millones de euros y este año serán aún mayores. El elevado coste de la electricidad necesaria para el funcionamiento de las desaladoras ha hecho que los gastos se hayan disparado -debe 90 millones a Acciona en electricidad de las desaladoras-. Mientras, la imposibilidad de subir el precio del agua desalada a los regantes por la contestación social de esta medida no ha elevado los ingresos en la misma proporción.
El resultado es que Acuamed está pasando por graves apuros económicos que le han obligado a pedir fondos extra al Ministerio de Teresa Ribera. Sin embargo, aprobar esa partida nueva no está exenta de problemas con Bruselas, ya que los podría considerar ayudas ilegales a los regantes y competencia desleal con el resto de agricultores europeos. Ribera ha dicho hace unos días que «trabaja» en «cómo garantizar» que los precios del agua desalada «sean asequibles y suficientemente bajos para que puedan seguir manteniendo su actividad».
Bruselas vigila
«La situación no es fácil porque Bruselas siempre esta vigilante en estos casos. Subir el precio del agua a los regantes es una bomba de relojería porque salen a la calle a protestar, como ya han hecho. Por eso Ribera lleva varios meses con esta patata caliente en el Ministerio, desde antes del verano», explican fuentes al tanto de la situación.
Mientras llega esa partida extra de Ribera, que tiene que aprobar el Consejo de Ministros, Acuamed está negociando un crédito puente con la banca para afrontar la deuda que mantiene con Acciona por el suministro eléctrico de las desaladoras, que asciende a casi 100 millones de euros. La intención es que cuando se consiga ese préstamo, se pague la deuda a Acciona y después se devuelva con los fondos del ministerio.
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